Night Train Murders (L'ultimo Treno della Notte, Italia, 1975) Hace algún tiempo un amigo me contaba todo emocionado que esta peli sería editada en DVD, esto, mas algunas lecturas que había hecho sobre este título me habían generado sus buenas expectativas, sobre todo sabiendo que la peli venía firmada por Aldo Lado y que gran parte de la fama de la misma se debía a sus dosis de violencia, pues por fin la he visto y una vez mas me he prometido no creen en todo lo que dicen los amigos.
Blackie y Curly son dos delincuentes de poca monta preocupados de molestar a la gente, robar y vandalizar, osea, se trata de unos viles cumas que huyendo de la policía terminan montándose en un tren que viaja de Austria a Italia, mismo tren que abordarán Lisa y Margaret, dos cabritas inocentes que viajan para pasar las fiestas de navidad junto a los padres de la primera.
Las jóvenes son inocentes (primera alerta del destino que les espera) e ingenuas en cuanto a sexo (segunda e inefable alarma del destino que sufrirán) y su apego a la familia las hace tomar el tren ansiosas por reencontrarse con los suyos, hasta que se topan con los cumas, quienes les piden ayuda para justificar su falta de tickets cuando estos son solicitados por el inspector del tren, ellas acceden y así su sino quedará sellado.
Al cambiar de tren, las niñas se encontrarán una vez mas con los cumas, quienes entre broma y broma mas de una hormona le revolcionaron al par de amigas, es por ello que ellas los invitan a la cabina donde viajan, pero esta vez, los cumas vienen acompañados de una señorita de muy buena presencia, interpretada por una bella y peliplanchada Macha Méril, quien resulta ser la perversa y cruel cómplice de Blackie y Curlie, una vez que los cinco se encuentran dentro de la cabina todo cambia, incluyendo el letargo en el que sumerge el metraje.
Los italianos fueron los maestros de la crueldad y el sadismo fílmico de los 70s, de eso que no quepa duda, y es gracias a ello que incluso una película lenta y aburrida como Night Train Murders puede llegar a ser interesante, al menos durante algunos minutos de la acción; lo que sucede en aquella cabina es una catálogo de parafilias, perversiones, ruindad y crueldad, desde exhibicionismo, ultraje, voyeurismo hasta mutilación genital, las pobres niñas sufrirán de todo para terminar muertas, una desangrada y la otra saltando del tren huyendo de sus salvajes captores, cómo eran de útiles los muñecos de trapo en la industria canalla setentera.Y claro, para que la peli no sea solo una muestra de crueldad y salvajismo, los padres de las pendejas terminarán conociendo a los asesinos de sus niñas, de aquí a la dulce venganza hay solo un paso, esta será cruel,y violenta pero mecánica y fome debida la escasa empatía que los personajes logran con el espectador.
La peli es sosa, chata y plana, de no ser por esos 15 ó 20 minutos de perversión, carecería de todo sentido. Aldo Lado está por lejos de lo que demostró con Who Saw Her Die?, la narrativa es mínima, así como el ritmo alcanza niveles soporíferos peligrosos para la salud, las actuaciones son planas y de la música, basta decir que el tema principal está interpretado por Demis Roussos, osea, no hay por donde, pero es en la ruindad donde hasta la película mas idiota puede redimirse, en el caso de esta, es notable la capacidad de asociar sexo con violencia y de imprimir un cariz perverso, canalla y sucio a los placeres de la carne, logrando un ambiente malsano y cruel digno del Saló de Pasolini.
Comparada muchas veces con Last House on the Left y I Spit on your Grave, Night Train... resulta inferior y menos violenta a nivel de sangre, pero si un poco mas turbia, como de italinadas se trata, me parece mucho mas comparable con la posterior House on the Edge of the Park ambas son pelis que intentan lucrar y llegar mas allá con la violencia en desmedro de toda coherencia y narrativa, cosa que a mi parecer, no tiene nada de malo.
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