Pelts (Episodio de la serie de TV Master of Horrors, EE UU, 2006) Supuestamente, la serie Masters of Horror tiene como objetivo reunir a grandes directores del cine de horror para que dirigan historias escalofirantes de una hora, digo supuestamente porque lamentablemente el 90% de los directores citados ya pasaron hace rato por el peak de su apogeo creativo, o se encuentran en un estado de constantes altibajos en su carrera, como es el caso de Dario Argento, quien ya había dirigido la insufrible Jennifer en la primera temporada de la serie de TV, para la seguna temporada Argento fue de los pocos vueltos a convocar de la primera y si bien es cierto que mejoró su pega con respecto a la primera temporada, Pelts no es mas que un mal intento por shockear al espectador.Meat Loaf interpreta al dueño de una peleteria de baja estofa que contrata inmigrantes para hacer abrigos de dudosa calidad, algo así como un sweatshop que le da el suficiente dinero para ir a su lenocinio favorito y fantasear con Shana (nombre que calza a la perfección), una prostutita morena de cuerpo mareador que no pierde chance para decirle a Meat Loaf que debería ser millonario para que ella acceda a entrgarle su trasero; paralelamente vemos a un viejo John Saxon (quien ya había actuado para Dario) cazando y liquidando mapaches de forma brutal e inhumana hasta que da con unos animales de piel perfecta, las que no tardará en ofrecer a Meat Loaf quien al verlas quedará ultra caliente al pensar en la plata que le puede sacar a las pieles y por fin, sodomizar a la furcia, pero todo quien entre en contacto con las pieles tenderá a la automutialción, siii, porque provienen de un terreno místico y están malditas! jajaja, asi de ridículo.
Indpendiente de la premisa absurda y sosa, siempre es grato ver lo nuevo de Argento, quien aparte de su Jennifer para Masters of Horror había hecho una muy buena peli para la tele italiana que ya comenté en su tiempo. Uno ya sabe que Argento está lejos de su cúspide alcanzada en los 70s y algo de los 80s pero el viejo aun tiene sus destellos y si quiere puede dar pinceladas de su visualidad que fue su marca registrada, claro, acá trabaja con actores y plata gringa, porque lo que da la sensación de el él solo llegó, dirigió y se fue, se nota un tono frío y bastante poco personal y muy descomprometido.
Argento nunca se ha destacado por sus historias, pero si por la forma de narrarlas, y esta no es la excepción, con las fuertes taras que presenta el guión, el hincapié está puesto en el splatter con excelentes efectos a cargo de la dupla Nicotero-Berger (ex socios de la KNB), y parece que Argento esta vez se conformó con dejar satisfechos a los gorehounds y no a los seguidores mas fieles de su carrera, con todo un catálogo de mutilaciones autoinferidas con particular fijación con la piel humana, los FX son grandiosos a excepción de un par de CGIs bastante malitos. La escena final es un un festín de sangre con referencias a dos de sus buenos títulos pasados, Profondo Rosso y Tenebre.La música estuvo a cargo de Claudio Simonetti (cerebro de Goblin) pero es realmente mala, lejos de sus maravillas anteriores, el soundtrack está mas cerca de un dramón hollywoodense que de una pieza de horror, quizá tiene ganas que lo llamen de los EE UU.
Queda la sensación de que PETA pagó al guionista para hacer esta pseudo fábula con una moraleja obvia e insípida que nisiquiera se molestan en contar, ni menos, explicar bien.
En fin, la cinta no resiste mayor análisis que el de un show de tele correcto y entretenido, pero flojo y falto de inspiración, como ya dije, pese a todo, aun le tengo fe a La Terza Madre.





